
LOS ALUMNOS SE EVALUAN A SÍ MISMOS Y GRUPALMENTE EN EL CUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS DE CONVIVENCIA ESTABLECIDAS
Con la llegada de las vacaciones, los alumnos del programa T´Avalem, cofinanciado por el Fondo Social Europeo, han llevado a cabo una original actividad de autoevaluación y evaluación grupal para conocer el nivel de cumplimiento de las normas de convivencia establecidas por los propios alumnos al inicio del año académico.
La dinámica ha consistido en dos fases: primero, los estudiantes puntúan de 0 a 10 el comportamiento general de la clase; posteriormente, evalúan su propio cumplimiento de las normas de manera individual. Entre estas normas se incluían aspectos como respetar el turno de palabra, evitar interrupciones y mantener un trato respetuoso.
El resultado más llamativo fue que, de forma generalizada, cada alumno se valoró a sí mismo por encima de la media otorgada al grupo, una situación que, matemáticamente, no puede cumplirse para todos y que refleja lo que los especialistas llaman “sesgo de autocomplacencia”. Este sesgo lleva a las personas a percibirse como más justas o responsables que el promedio, incluso sin que exista evidencia objetiva que lo respalde.
El equipo docente destacó la importancia de aprovechar estos ejercicios para fomentar la autocrítica y la reflexión personal, ya que nunca está de más recordar que vernos a nosotros mismos de forma más favorable que al grupo es una tendencia natural, pero aprender a evaluarnos con mayor objetividad nos ayuda a crecer como personas.
Este ejercicio busca no solo evaluar el clima escolar, sino también promover en sus estudiantes una visión más equilibrada y justa sobre su propio comportamiento.
Este tipo de dinámicas de grupo constituyen una apuesta por la transversalidad y la necesidad de encajar las distintas formas de ser de los alumnos del curso, por lo que autoconocerse y conocerse entre ellos siempre permite una mejor convivencia y un clima formativa más enriquecedor.