LAS LABORES DE MANTENIMIENTO EN EL LABERINTO VEGETAL ECOLÓGICO CONSOLIDAN EL TRABAJO PRÁCTICO DEL CP DE AGRICULTURA ECOLÓGICO
La zona de actuación del laberinto vegetal ecológico, uno de los espacios más representativos del proyecto formativo en Agricultura Ecológica, está siendo objeto de una serie de labores de mantenimiento esenciales que garantizan su continuidad como recurso educativo, ambiental y social. Este espacio, concebido como un aula al aire libre, permite al alumnado aplicar de manera real y directa los aprendizajes adquiridos a lo largo del Certificado de Profesionalidad.
Durante las últimas semanas, el alumnado ha desarrollado tareas fundamentales para asegurar el buen estado del laberinto, como el desherbado manual, la revisión y sustitución de plantones, la observación del estado fitosanitario, la incorporación de materia orgánica, el mantillo para conservar la humedad, y la reparación y mejora de los sistemas de riego eficientes. Estas prácticas, propias de la agricultura ecológica, no solo permiten mantener el espacio en condiciones óptimas, sino que fortalecen la comprensión de los principios agroecológicos.
El mantenimiento constante del laberinto reviste una gran importancia, ya que lo plantado constituye un patrimonio vivo que requiere cuidados continuos, respeto por los tiempos naturales y una intervención responsable. Cada acción realizada contribuye a que las plantas crezcan de manera equilibrada, que el suelo permanezca fértil y que la biodiversidad del entorno se incremente. Además, este tipo de actuaciones fomenta la sensibilización hacia un uso más sostenible de los recursos naturales y fortalece la cultura agrícola respetuosa con el medio ambiente.
Uno de los aspectos más enriquecedores del proyecto es la recolección de los frutos, un momento que representa el colofón al trabajo realizado a lo largo de la formación. Cosechar los productos obtenidos en el propio laberinto no solo constituye una experiencia motivadora, sino también el punto final de un ciclo completo de aprendizaje: desde la preparación del terreno y la plantación, hasta la gestión ecológica y el manejo responsable del cultivo. Este proceso permite al alumnado valorar de forma tangible los resultados de su esfuerzo y comprender la importancia de cada fase en la producción ecológica.
Asimismo, estas actividades fortalecen competencias transversales como el trabajo en equipo, la planificación, la toma de decisiones y la capacidad de observación, todas ellas imprescindibles para el desempeño profesional en el sector agrario actual. El laberinto ecológico se convierte así en un entorno donde teoría y práctica se combinan para formar profesionales comprometidos con la sostenibilidad y la innovación en el ámbito agrícola.
Con esta iniciativa, el proyecto reafirma su apuesta por un modelo formativo que vincula el aprendizaje técnico con la conciencia ambiental, consolidando un espacio que sigue creciendo gracias al esfuerzo del alumnado y al valor pedagógico de las labores de mantenimiento, cuidado y recolección ecológica.









